Durante el encuentro anual de la CIRA se destacó la necesidad de contar con reglas de juego claras: el futuro argentino tras los comicios presidenciales

El sector importador es el principal abastecedor de la industria por eso las políticas que restringen las importaciones afectan a la producción. El Gobierno observa al comercio exterior con un criterio fiscalista y financiero, lo considera un generador de recursos para el gasto estatal, y hoy el país enfrenta una escacez de recursos por pérdida de dinamismo exportador, falta de inversiones y caída de reservas», señaló Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadoras de la República Argentina (CIRA), en el encuentro anual de la entidad.

Durante la jornada se desarrolló un panel de empresarios en el que participaron Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina; Martín Dedeu, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, y Alejandro Caylan, representante del sector de diagnostico médico y directivo de BG Analizadores.

En el caso del sector agropecuario, Ambrosetti explicó que la balanza comercial es positiva: Por cada dólar utilizado en compras al exterior ingresan 12 por exportaciones. «Pero en la producción se necesita tecnología, fertilizantes, agroquímicos, sembradoras o pulverizadoras que no se fabrican en el país. La consecuencia de no tener esto es la pérdida de producción. Por caso, cuando un equipo se descompone y hay que comprar una pieza en el exterior, las demoras en el ingreso llevan a parar la actividad. Los insumos deben estar disponibles en el momento  de la siembra o la cosecha, no después».

El sector minero es netamente exportador, sin embargo, señaló Dedeu, «se emplean bienes intermedios, equipos y maquinaria del exterior. Cuando se quiere sustituir importaciones-lo que en principio está bien-pensemos en fabricar en la Argentina esos productos con la misma calidad que en otros países y entregar en los tiempo requeridos». Para evitar tensiones por la falta de divisas, indicó que «el comercio exterior debe crecer».

A diferencia de estos sectores, las importaciones son mayoría en el diagnostico médico; «Cerca del 20% delos que utilizamos se produce en el país, el resto es importado. Los instrumentos para diagnóstico fabricados aquí son de alto valor agregado, pero precisan chips, microprocesadores, componentes que no se hacen en la Argentina. Si insistimos en los beneficios de sustituir importaciones no podemos dificultar la producción local. Hay insumos elaborados en pocos países y esto se relaciona con inversiones en investigación y desarrollo, avances en bioquimica, medicina, farmacéutica», explicó Caylan. Agregó que «las DJAI presentadas aparecen con observaciones y hay que realizar los trámites para la aprobación. Pero las DJAI son la punta del iceberg, lo que está por debajo es la falta de dólares en la economía».

Modificar la política 

Las próximas elecciones en el contexto de cambios en la economía global, baja de los precios de las commodities y alza de costos internos tuvieron su espacio en el seminarios y allí Dedeu afirmó: «Soy optimista; los principales candidatos a Presidente conocen la necesidad de introducir modificaciones para volver a ser competitivos». En tanto Caylan sostuvo; «Soy pesimista en el corto plazo, creo que las restricciones seguirán un tiempo porque no se sabe realmente a cuánto ascienden las reservas».

Para Santisteban la caída en exportaciones e importaciones en los últimos años es «el reflejo de una política distorsionada que debe cambiar. No se trata sólo de eliminar las DJAI, que esto suceda es necesario pero no suficiente. Debemos pensar macroeconomía ordenada, insertarnos en el mundo, recuperar los niveles educativos que tuvimos, entre otros. Esperamos tiempos difíciles porque hay políticas que es preciso revertir».

Fuente: LA NACIÓN