Cómo lograr una marina mercante sustentable
La bandera argentina hoy no tiene flota para competir en el mercado de ultramar; para lograrlo, el preciso dotar de un marco competitivo a los inversores y analizar opciones como el segundo registro y nichos de especializacion
Los tiempos para tramitar el alta y baja de un buque en el registro. Falta de incentivos impositivos. Ausencia de subsidios al combustible. Trabas aduaneras para el ingreso de repuestos. Recargos impositivos en el costo de los seguros. Presión impositivos en el costo de los seguros. Presión para incrementar la tripulación de los buques.
La lista de inconvenientes que enfrenta la marina mercante la marina mercante argentina podría seguir. No obstante, los protagonistas del sector armatorial argentino ansían un renacimiento, y jugar en «ultramar». Pero advierten que su recuperación debe ser en un marco de racionalidad, sustentabilidad y competitividad.
La semana última, el Timón Club volvió a ser el ámbito de reflexión de estos temas. Esta vez el orador fue Gustavo Nordensthal, especialista y con una trayectoría de 40 años de navegación.
«Nodensthal, descirbió por qué la Argentina no cuenta hoy con una marina mercante , y relativizó los argumentos que algunos funcionarios utilizan en cuanto a la fuga de divisas que se genera con los fletes realizados por terceras banderas.
«El mercado naviero consta de algo más de 100.000 buques, que suman 1500 millones de toneladas de peso muerto. La flota crece como reflejo de la economía mundial. Y este mercado tiene caracteristicas propias; está globalizado y los datos de sus transacciones son transparentes». explicó Nordensthal.
Luego de advertir que la operación de buques no siempre la realizan los dueños, y que los grande operadores, como Maersk, tienen la mayor parte de su flota charteada, destacño una característica íntima del sector; la cuidadosa selección del lugar donde matricular los buques , en un mercado signado por la alta competencia y la permanente búsqueda pòr baja de costos: «En 2012, eñ 71.5% de la flota mundial no estaba registrado en los países de residencia de sus dueños. Se puede protestar, pero este es el mundo en el que debe competir nuestra futura marina mercante, un mundo donde el capital elige los lugares con costos más bajos , y con esto no pretendo hacer apología de la bandera extranjera», afirmó tras agregar: «El capital no entra donde no puede salir», en clara alusión a la imposibilidad coyuntural de girar dividendos al exterior.
Asimismo, alertó que la flota que pudiera armarse deberá considerar que, dentro de 6 años, el contenido de azufre en mares deberá bajar de 4,5%, en tanto que en las zonas costeras, la reducción pasará de 1,5% a 0,1%. «Las marinas mercantes deben tener en cuenta las normas ambientales para competir. En el futuro, el combustible marítimo se reemplazará por GNC», añadió.
Situacion actual
Nordenthal advirtió que no existe datos actuales respecto del tamaño de la flota de bandera argentina, pero llegó al número de 52 buques. «Qué tráfico hacen? La mayoría esta bajo el decreto 1010, y eso no es bandera argentina [N.de la R.: el decreto de 1010, de 2004, otorga tratamiento de bandera argentinna a los buques charteados]. Al mínimo cambio de reglas de juego ese buque se va porque es bandera golondrina», refirió, luego de contextualizarlo de esta manera; los incrementos de costos e impuestos al 25% anual, con una devaluación: los incrementos de costos e impuestos al 25% anual, con una devaluación que no los sigue, «hace imposible a los navieros competir en el exterior, volcándose así al cabotaje nacional donde, los incrementos de los costos se transfieren a los fletes, y así, al resto de la economía», apuntó.»Hacer (el cabotaje) en bandera extranjera costaría la mitad», sentenció, no sin reconocer que el mérito del 1010 fue conservar las fuentes de trabajo».
Sobre la exportación de granos argentinos (70 millones de toneladas en 2012, el equivalente a 1000 viajes de buques panamax) se dice últimamente que deben viajar en barcos de bandera argentina para evitar la fuga de divisas.
«Es una falacia. Hoy no están esos buques, hay que comprarlos o construirlos», manifestó.
Esos aportes millonarios de dólares ingresando en el sistema – suponiendo que estén disponibles y voluntarios para financiar la compra o la industria naval, para competir con un costo diario local de US$25.500 cuando en el exterior es de US$ 15.250-no tienen hoy un origen certero. «De dónde saldrá el subsidio para ese costo argentino, para una flota que no existe, con la que se pretende sacar los cereales?», preguntó.
Recordó Nordensthal que es preciso ser «cuidadoso» a la hora de recargar los fletes . «Con una soja de US$ 541 la tonelada, al chacarero le sacan US$ 227 de retenciones, flete marítimo y gastos de embarque. Con lo que le queda debe cubrir los gastos de la semilla, siembra, agroquímicos, fertilizantes, gastos de cosecha y de traslado a acopio, más impuestos. El costo de combustible aumentó tanto que ya hay zonas donde no es rentable producir soja porque no dan los números para llevarla a Rosario. Y esto es incide en las exportaciones», reflexionó.
«En el mundo los segundos registros que dan ventajas impositivas permiten competir. Una marina mercante de ultramar, qe sea sustentable, no se logra declarándole la guerra a Paraguay, Uruguay o Bolivia, obstaculizando las operaciones, sino identificando nichos comerciales a nuestros alcance, por ejemplo una flota feeder de portacontenedores», indicó.
Tras descartar la vigencia de las flotas estatales, Nordensthal repitió el credo del reclamo armatorial: darle seguridad jurídica a la inversión privada y, si es extranjera, permitirle repatriar utilidades, dotar a la economía de un cambio competitivo, facilitar el alta y baja de buques, mejorar el perfil impositivo del armador y revisar el costo del combustible.
Fuente LA NACIÓN